De tiempos mozos

Hace poco pude recordar lo que sufría como estudiante cada vez que tocaba una materia en la cual el docente te decía, primer examen parcial presencial, segundo examen parcial domiciliario (así le llaman los argentinos a hacer una investigación, paper o trabajo práctico). Al principio se disfrutaba, porque sabias que no pasarías por esas dos horas en un aula sepulcral frente a una hoja y 3 o 4 preguntas que definirían cuanto sabes o no de una materia y que luego queda marcada en tu registro personal, así como en tus posibilidades a aplicar a ciertas becas (pero el tema de las calificaciones será un tema de otro post), pero luego comenzaba el sufrimiento por saber que te pasarías una semana o al menos un par de días solo, o con algún amigo, tratando de escribir 15 o 20 paginas en letra Arial 11 con interlineado 1,5 sobre algún tema de tu «interés». Y ahí surgía las preguntas; ¿será este tema importante como para sacarme una buena nota? ¿estaré encarando bien el trabajo? ¿le gustará al profesor? ¿que bibliografía me faltará leer? ¿vale la pena?. Y finalmente caer, muchas veces, sinceramente, en el famoso copy and paste, como medida desesperada por completar cantidad de páginas.

Personalmente puedo decir que debo haber hecho unos 30 trabajos, investigaciones y/o papers, al menos 3 de ellos me gustó hacerlos y me gustó como quedaron, uno de ellos ya está publicado en un libro de pronta edición. Pero de todos esos trabajos lo que mas me queda en la memoria es el sufrimiento y el desvelo por el esfuerzo realizado (también por haberme dejado pisar con el tiempo), asi como el recuerdo del temor por las repercusiones.

¿A que viene todo esto? Hace unos dias una gran amiga me presentó un libro por demás interesante. Demoliendo papers que habla sobre esto, sobre como los jóvenes se desvelan cuando deben hacer un trabajo o una investigación y como muchas veces la necesidad de publicación mata el verdadero investigador, es como el famoso dicho: «cásate, te estas haciendo vieja». Este libro reúne los papers mas locos que he leído en tono de investigaciones serias como por ejemplo la comprobación de la divinidad del botón o la resolución del dilema entre la caída del gato y la caída de la tostada. Lo recomiendo para todo aquel que siente que las investigaciones son su vida, ya que le servirá para darse cuenta que la vida es otra cosa.

Yo lo disfruté mucho. Y sobretodo, me reí mucho.

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